LA ERMITA EMPIEZA A TOMAR COLOR.
Una vez aplicada las distintas manos de pintura blanca en todas las paredes, nos disponemos a aplicar algo de color en sus distintas molduras. Para ello, y tras escoger el color que mejor se adapta, nos disponemos a aplicarlo. Se busca así, la mejor manera de hacer resaltar las distintas y variadas molduras con las que cuenta nuestra ermita.
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