Una de las piezas que en un principio (cuando nos pusimos a restaurar la ermita) nos llamo la atención fue el florón ornamental que culmina la cúpula. Se desconocía el material con que estaba realizado, debido a la gran cantidad de manos de pintura que poseía. Una vez colocados los andamios, se retiró el florón y se comprobó que era de madera. Después de estudiar el estado en el que estaba, se decidió restaurarlo limpiándolo y retirando la pintura que poseía, para su posterior pintado con técnicas más propias del objeto ornamental en cuestión y de la época de su construcción.
Aquí podemos comprobar la situación inicial del florón ornamental.
Una vez realizada la limpieza a fondo.
Y aquí podemos observar el florón restaurado y colocado como coronación de la cúpula.
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